viernes, 29 de abril de 2016

REFLEXION



REFLEXIÓN  

He trabajado el bloque 4 de nuestro curso, y me he dado cuenta, que aunque conocía muchas de las alergias e intolerancias de las que se habla en este bloque, las conocía evidentemente de nombre, no sabía exactamente a que se debía su existencia, y me ha llamado mucho la atención, el hecho de que algunas son más prevalentes en la población de lo que yo pensaba. Y una que yo desconocía su existencia, me ha llamado especialmente la atención,  yo suponía que a las verduras no se desarrollaban alergias o intolerancias, ya veo que estaba equivocada.  Si conocía las alergias a las frutas.¡Que pena sobre todo para los niños, que no puedan tomar patata, con lo ricas que están, y lo que les gustan fritas!. Otra intolerancia no se si muy común, es al pescado y al marisco, yo la vivo muy de cerca en mi familia hay varios miembros que la han desarrollado, y no puedo por menos que sentir pena, ¡con lo rico que es el pescado y sobre todo el marisco!, para mi supondría un gran sacrificio no poder comerlo.
Y en el apartado de los mitos, ¡cuantos hay y cuantos de ellos equivocados!. Recuerdo uno que me hizo mucha gracia, y que desde luego proviene de la mas absoluta ignorancia, y es que cuando yo estaba embarazada de mi hija, me decían que no podía tomar vinagre en las ensaladas, que eso afectaba al desarrollo de los huesos de mi bebe. No hice ningún caso, y los huesos de mi hija, hasta donde yo se, están bien. Pero seguramente, hay un gran porcentaje de población que se guía en su alimentación diaria, por muchos de estos mitos, y no comen pan o solo consumen su corteza por que engorda, beben solo despues de las comidas, porque ingerir líquido con el alimento, engorda; toman la fruta antes de las comidas o practican una dieta disociada, no mezclando nunca hidratos con proteínas, en la creencia de que así su alimentación es más sana.
Creo que es desde nuestra labor docente, como podemos romper con estas falsas creencias. Podemos proponer a nuestros alumnos, que elaboren un dossier con mitos de la alimentación, y si son o no ciertos, si ellos investigan y analizan, es muy probable que el aprendizaje sea más significativo para ellos, que si se lo contamos nosotros.
En mi centro, hemos invitado a un Nutricionista, de bastante renombre en mi comunidad, a que venga a charlas con nuestros alumnos, sobre la alimentación en general, y sobre trastornos de la alimentación, fue muy interesante, a los chicos les gustó mucho, reconociendo muchos de ellos, que su alimentación era incorrecta, y iniciando un cambio en ella en base a lo que escucharon y aprendieron. También hicimos, talleres en las tutorías basados en esas charlas. Creo que fue una actividad muy placentera para ellos y con un gran resultado. Tenemos previsto continuar el curso que viene con este planteamiento.
Y ya sabemos un buena alimentación es aquella que incluye cualquier tipo de alimentos, evidentemente que no nos haga daño, y en su justa medida.


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